Tango y Cultura Popular ® N° 161 | Page 30

30 Tango y Cultura Popular todo hasta zapatos ¡un desastre!) También trabajé en la escuela de Roberto Herrera, en el Piazzolla, de hecho dirigí la escuela del Piazzolla, en la “Esquina Homero Juan Antonio Manzuri”, ahí si me llevó Gachi, hacía como asistencia de coreografía, y de escenario, como una especie de comodín, o lo que le llaman “stage manager”. En el medio de todo eso tuve varios viajes, fui bastante a Alemania, a Hannover, en Irlanda estuve muchísimas veces, la primera vez, fui con Monina Paz, que es una de las docentes más extraordinarias que vi, tiene un profesionalismo y una humildad fuera de serie, estuvo acá en México, en mi escuela. Hay una anécdota muy linda, a ella no la conocían, pero era el festival de la escuela. Había como 50 personas que participaban, y ella se metió en el camerino, (era el número principal, bailaba conmigo cerrando, como el broche de oro) y de la nada se puso a maquillar absolutamente a todas las mujeres, y les decía que se tenían que ver como reinas, y estuvo horas y horas maquillando y retocando a todas las chicas. Viajé a Paraguay, fue uno de mis primeros viajes, Caio Adorno, un chico paraguayo que tomó clases conmigo en Argentina, me llevó allá y bailé en el “Festival de Tango Asunción” di clases también. Después estuve en Bolivia, con Paola Bordón, ahí me llevó ella, que bailábamos juntos (ella está en Chicago ahora). Bueno a Belice viajé hace poquito... Visité varios países, bailando y dando clases, y creo que eso me enriqueció mucho. Revista N° 161 Lo de México sucedió hace como nueve años. Yo estaba muy estresado, tenía como cuatro o cinco trabajos a la vez, y un amigo mío que vivía en México, me dijo: “dale venite” . bueno cuestión que me vine de vacaciones dos semanas, tres y listo. Él me había armado unos cursos, con una chica que está acá Valessa Rivera, muy linda persona, baila hace un montón, y tiene una onda muy linda con todo lo que es el yoga, como que sabe varias disciplinas y está siempre buscando desarrollar todo lo que ella sabe y unirlo. Empecé a dar unos cursos con ella y a la gente le gustó mucho, y acá la gente que es tan amable, y empezaron: “Ah, no te vayas, quedate” Creo que lo que necesitaba era ese empujoncito. El país me encantó, me volvió loco... Te digo, todo el marco de dónde viajé, no era para sacar currículum, sino para decirte que conocí mucho de Europa, de Latinoamérica, pero México me dio vuelta la cabeza, no tenía nada que ver con nada, me dejó asombrado por completo. Dije, no vuelvo a Argentina, y me quedé a vivir, de cero, de la nada y sin ropa siquiera casi. Y acá empecé a dar clases, a bailar y después tuve un viaje que no funcionó, a Inglaterra, y dije bueno, voy a llamar a Buenos Aires, a todos los lugares donde estaba y les voy a decir: “Ya no me esperen, no vuelvo, no me maten” y me quedé acá con la idea de