tango, es contundente. De hecho
yo tengo el anillo que usaba mi
abuelo, que mi papá me lo regaló,
que cuando doy exhibiciones
siempre lo llevo puesto. Me lo
pongo sólo para bailar ¿no? Hay
una conexión enorme…
Así empecé, me volví loco como
te decía. Adonde Mingo iba a dar
clase yo lo seguía (tenía muchas
clases particulares en esa época)
no había tanto auge, o sea, hubo
como dos o tres picos desde que
yo empecé, y sí obviamente, ya
empezaba a haber, pero nada
que ver con lo que es ahora...
Entonces, muchos extranjeros
venían y lo buscaban, ahora hay
siete mil millones de maestros,
Internet, publicidad, Tangauta,
yo que sé... en esa época no.
Entonces iban a buscar, Paiva,
como me contabas de Rosario,
maestros que llevan un montón
de tiempo, los conocidos y los de
siempre, ¿no?
Entonces bueno tenía un montón
de clases y yo iba, si tenía
un contingente de rusos, iba,
japoneses, iba, daba una clase
abierta, iba, hacía una práctica,
iba, todo el tiempo estaba
con eso. Con mi amigo, nos
juntábamos a practicar pasos
que nos enseñaban, a practicar el
sistema de Mingo Pugliese. Con
mi amigo inventamos una manera
de escribir los pasos, como con un
lenguaje, como un diccionario...
en realidad parecía un poco
egipcio, como jeroglíficos...
Escribíamos coreografías
completas así, y el que veía eso
decía: “¿Qué es esto?” y nosotros
entendíamos perfecto.
Después más adelante Mingo me
empezó a pedir ayuda, y si por ahí
un día le dolía el pie, si podía yo
dar la clase, y se hacía un poco el
chanta, y terminaba dándola yo.
Un día me salió una oportunidad
en un lugar para dar clases, y yo le
pregunté a Mingo: “¿Vos creés que
yo podría dar clases?” y me dijo:
“Si das mis clases, ¿Cómo no vas
a poder dar? Te hacés una guita...”
Y así empecé a dar clases, a bailar
más, a conocer más bailarines,
más lugares, y empecé con ese
rollo. Conocí a Gachi Fernandez,
tuve una relación muy enorme que
sigue manteniéndose hasta hoy,
que paso por todo, y siempre se
mantuvo, porque evidentemente
es de esas relaciones de verdad,
de ser humano a ser humano. Y
no es que aprendí todo lo que sé
se ella, pero sí me ayudó mucho en
el proceso, y aprendí de ella sobre
todo cosas técnicas, y mucha idea
de lo que es el escenario, por ahí
se cree que el escenario es vestirse
bonito y hacer pasos con una buena
línea... Hay un montón de cosas del
escenario que son prácticamente de
filosofía, y que Gachi las tiene muy
claras. No por nada muchos de los
campeones de tango de escenario
de hace cinco, seis años para atrás
pasaron por ella.
Bueno a través de ella y de Pablo
Pugliese empecé a conocer un
montón de gente y empecé a
trabajar en la “Escuela Argentina
de Tango” ahí creo que fue Mingo
el que me recomendó con el que
estaba dirigiendo en esa época
(que se armó la podrida porque se
fue y se robó todo, en la anterior,
no en la nueva, el tipo que la
dirigía se robó todo, los sueldos,
Tango y Cultura Popular