Spanish - Mental health and gender-based violence Spanish version | Page 148

137 (Vea la Parte II y la Introducción.) La comunicación no puede ser abordada sin hablar también de la cultura, porque como se habló en la Sección 3 de la Parte III, ésta afecta la forma en que nos vemos los unos a los otros y cómo interpretamos los mensajes que enviamos. Como resultado de esta interacción, las conversaciones entre personas de diferentes orígenes culturales pueden tomar direcciones inesperadas y generar malentendidos fácilmente. Las personas que están familiarizadas con dos culturas desempeñan un papel vital. Pueden actuar como intermediarios, traduciendo y explicando no sólo lo que se dice, sino las maneras en que la gente se comunica. Por ejemplo, algunas culturas avanzan rápidamente al punto central, mientras que otras esperan hasta que se haya creado o establecido una relación. Los mediadores culturales pueden facilitar el ritmo de una conversación, y moderar lo que se considera apropiado decir en una cultura, pero que podría ser ofensivo para otra. Los mediadores culturales talentosos también pueden ayudar a identificar y definir problemas, de manera que ambas partes entiendan e identifiquen soluciones y formas de seguir adelante. Si necesita la ayuda de una traductora o intérprete para sus reuniones con una sobreviviente, ella debe respetar ciertas reglas de conducta profesional. La persona debe presentarse y dar información sobre su papel antes de que usted empiece. Debe entender que todo lo dicho en esas reuniones es confidencial. Debe traducir sólo lo que se dice y todo lo dicho, es decir, no debe tratar de explicar e interpretar. Si usted (o la sobreviviente) no entienden, pida aclaraciones y ella debe traducir la aclaración. La traductora deberá de hablar en “primera persona” y no asumir un papel de apoyo. Las frases y expresiones culturalmente significativas fueron introducidas en el DSM-IV en un intento de hacer las técnicas de diagnóstico apropiadas, relevantes y representativas en términos culturales. Si bien esto marcó un primer paso hacia la exploración de valores en criterios de diagnóstico, esto no reemplaza una exploración minuciosa y profesional de la condición del paciente durante el proceso clínico. La APA (2002) recomienda que se consideren los cinco elementos culturales (Ver “Aspectos Culturales”, Parte 1, pág. 9). El segundo de ellos se relaciona con el modelo explicativo de la enfermedad del paciente, y explora los factores culturales de la misma más allá de la raza y la etnicidad. Sin embargo, independientemente de los otros elementos, es improbable que el conocimiento de los modelos explicativos influya en la calidad de la consulta, la evaluación o el manejo de la angustia del paciente. Empatía y validación La comunicación con las sobrevivientes de la violencia de género no puede hacerse sin empatía. Una definición común de la empatía sería la frase: “ponerse en los zapatos de la otra persona”, imaginar la experiencia del otro y entender y sentir lo que él o ella entiende y siente. La empatía facilita la comunicación. Al mismo tiempo, es difícil fingir que se es empático, y es probable que la comunicación fracase si se hacen falsas suposiciones sobre la condición psicológica o los sentimientos de la sobreviviente. La comunicación entre una ayudante y una sobreviviente requiere, por tanto, empatía de un tipo sofisticado. Para comunicarse, las ayudantes necesitan ser muy hábiles para entender la condición psicológica y el estado físico de una sobreviviente. A veces puede ser demasiado doloroso o embarazoso para una sobreviviente hablar de sus sentimientos o de lo que piensa, por ejemplo, hablar de su ira u odio. Ella puede sentirse demasiado avergonzada de hacerlo, o temer al rechazo si estos sentimientos no son culturalmente aceptables. Para superar este temor, la ayudante puede auxiliarla diciéndole: “Entiendo que usted sienta y piense de esta manera, es natural, cualquiera se sentiría de ese modo”, etc. Una validación como la que acabamos de presentar va más allá del mero entendimiento y proporciona una forma más sólida de apoyo que la empatía por sí sola. Cabe señalar que las palabras de validación sólo legitiman la expresión de sentimientos y pensamientos, no las posibles (re)acciones que podrían emprenderse como resultado de ellas.  4. Habilidades de comunicación