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Lo busqué en las antologías del Premio Bellas Artes de Cuento de San Luis Potosí, del Premio Nuevo León de
Literatura, del Concurso del Libro Sonorense; el Premio de Literatura Baja California, el Certamen de Cuento
Juan Rulfo, el Concurso de Literatura Urbana Juvenil y otros compilados solo arrojaron dudas de la existencia
del escritor. Algo me decía que era un escritor nacional, no sabía muy bien porqué, pero Marcos, sus palabras y
su reacción, manifestaban que esa persona era un escritor mexicano. Desde el principio omití las publicaciones
extranjeras, tal vez era porque el tono de mi cuento derramaba lenguaje de pueblo, no tenía cabida la urbanidad
de las ciudades cosmopolitas en ella y los extranjerismos; la cultura de otros lugares, mucho menos. Eran unas
palabras introvertidas que cuestionaban el ahora del país a través de la mirada de una joven que nunca salió de la