El oficial se colocó la gorra con firmeza, estaba escalofriantemente bien colocada en su cabeza
rubia. Juntó sus piernas a la vez que se ponía firme, fue entonces cuando estiró el brazo derecho y
después dobló el codo; la mano le tapaba la frente como si le estuviera iluminando un foco.
- ¡Vahiel Alzakimerlend! - Gritó en esa posición. Su grito destacó sobre los demás. Algunos
alzakim se giraron con una sonrisa de orgullo en su cara, le miraron e hicieron lo mismo que él.
¡Vahiel Alzakimerlend! empezaron a gritar todos con esa posición en el brazo numerosas veces.
Los cuatro soldados, como si la manera de actuar de la multitud fuese una petición a avanzar lo
inevitable, cargaron sus rifles, todos a la vez. Como si fuesen el reflejo de uno solo, apuntaron. La
expresión de horror de las chicas no era más que otro ánimo a apretar el gatillo para ellos.
¡Karuve! Gritó el oficial levantando la mano. Los tiros sonaron como fuertes truenos, resonaron
por toda la plaza, hasta superaron los gritos de la gente furiosa, la cual estalló en una euforia
infecciosa en cuanto se escucharon los disparos. Los cuerpos estaban literalmente destruidos. A
una le faltaba un brazo y el hueso se le asomaba. Las tripas se escapaban por su vientre, parecían
calvas serpientes rugosas saliendo de su sanguinaria madriguera. Su mandíbula inferior ya no
existía y tenía un enorme agujero en el cuello. A la otra le habían reventado la cabeza; su cerebro y
ojos se habían esparcido por toda la escena. Los elfos que estaban cerca ahora parecían carniceros;
un brazo le colgaba del cartílago superviviente.
-Vámonos, nuestra presencia ya no se requiere aquí.- Dijo el uniformado ya habiendo empezado a
caminar. Yo me había quedado ahí sin darme cuenta un buen rato.
-...Vamos.- Me dijo ella con voz muy baja, mirándome tímidamente y torciendo su cabeza en
dirección al oficial. Era la primera vez que la oía hablar y su voz me recordaba tanto a Rose… Me
preguntaba dónde estaría.
¿Quieres saber más sobre Zweir? ¿Què oculta su pasado?
¡Lo sabràs en el siguiente Skapa’t!
Arnau Alarcón
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