La literatura y la tecnología
En el tren de vuelta a casa, antes de ir a dormir, en el parque e incluso algunos en el baño. Los ávidos lectores son capaces de leer en cualquier sitio y, hoy en día, con cualquier aparato. La verdad es que las nuevas tecnologías han abierto un amplio abanico de posibilidades en el mundo literario pero, ¿hasta qué punto deberíamos sacarles provecho?
Atrás quedan los libros pesados para dejar paso a los finos ebooks; aunque con ello también se desvanece la emoción de pasar la página por un clic y una pantallita que dice “cargando”; la ilusión de ir a comprar un libro por el que tanto habías esperado a la librería, por otro clic en un botón de descarga en nuestro ordenador. Podemos obtener en menos de cinco minutos lo que a un autor le ha costado meses (si no años) de trabajo. Además, pongamos un ejemplo de una situación más que probable con los libros digitales. Imagina estar leyendo el famoso El señor de los anillos: El retorno del rey, de JRR Tolkien, y que el aviso de poca batería aparece justo cuando Frodo llega al fin al Monte del Destino (o Orodruin, como lo llaman los elfos) para destruir el anillo. ¿Lo destruirá, o el poder del tesoro podrá con él? Desgraciadamente, tendrás que esperar a encontrar un enchufe para saberlo.
Al fin y al cabo, ambas formas de lectura son válidas, y cada uno debe escoger la adecuada para sí mismo. Hay que reconocer que este nuevo sistema en formato digital es más barato, a la larga, pero definitivamente se pierde parte de la emoción que te da tener un libro en las manos, esperando ser devorado sin interrupciones.
Júlia Egido Lorente