Skapa't | Page 5

que los dos elfos no dejaron de hacerlo. Pronto dejé de notar cada vez menos cristales bajo las suelas de mis maltratados zapatos, cada vez íbamos dejando más atrás aquel edificio. Entonces, giré la cabeza como si alguien hubiera pronunciado mi nombre detrás de mis espaldas, recordé aquel edificio tapiado que vi desde el coche, el mismo que vio el oficial y arrugó la nariz durante unos segundos en una expresión de asco. Ese edificio tenía pintado el símbolo que aparece en todos los sitios, serpenteante y extraño. El edificio que examinaba en ese momento también tenía ese símbolo pintado en los tablones de madera que tapiaban la puerta. Empecé a sospechar que los alzakim tuvieron algo que ver; de hecho, lo di por asumido. Dejé de fijarme en aquel montón de ladrillos quemados. Justo cuando giré la cabeza, vislumbré, casi por el rabillo del ojo, al oficial observando las calles; ni siquiera le vi la cara, pues tenía la cabeza ladeada, como si le diese pereza girarla del todo para mirar o le diese demasiado asco. La chica, al contrario, tenía la mirada fija en el suelo y su cuerpo estaba totalmente rígido, como si tuviera miedo. Sus manos se agarraban al brazo contrario, apretando aquella libreta en su seno, como un niño abrazando a su peluche en medio de una noche tormentosa. La calle no era muy larga y no tardamos mucho en salir. Ante mí, una enorme y ancha calle se dejó ver, estaba colocada perpendicularmente respecto a la calle que estábamos dejando atrás y estaba repleta de movimiento y gente, casi todos vestidos de blanco. La luz entró en mis ojos, obligándome a arrugar la cara para protegerme de la repentina luminosidad de la actual calle. Seguíamos avanzando. La vista se me acostumbró rápidamente ya que el cambio de luz no fue tan brusco. Seguíamos avanzando. Observaba con atención los edificios ya que no pude verlos bien desde el vehículo, los observaba como si tuviesen algo de sospechoso, aunque no eran más que cajas enormes de cemento y mármol,