el exterior y hablábamos de cualquiera de las tonterías que nos ocurrían; también nos
explicábamos los secretos que en lo más hondo del corazón guardábamos. Habíamos
disfrutado mucho en aquella habitación: allí pasábamos las horas conversando, jugando o
simplemente estando calladas la una en compañía de la otra.
Pero la infancia no podía durar para siempre… La luz de la niñez se había ido apagando. Me
pregunté si algún día podrían regresar aquellos tiempos, si sería posible recuperar aquellas
risas. De pronto sonreí, aun con lágrimas en mi rostro.
Rut Torreglosa
PRIMER D’ESo
Narrativa en castellà (segon premi)