rodeaban los pasillos y escondites de aquella catedral. Por fin había cumplido aquello en
lo que siempre había soñado. Mi propia biblioteca.
Por un momento, me quedé paralizada pensando en aquellos días en que todo parecía
imposible, en los que nunca me hubiera imaginado llegar a tener a mi alcance tanta
historia por conocer. Los recuerdos se materializaron como si no fueran etéreos y de
repente me pareció tener bajo mis pies la arena de