Cristianos perseguidos en el mundo
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El informe de la Comisión de los Episcopados de la Comunidad Europea (COMECE) recuerda que “hay países musulmanes donde la conversión a una religión distinta del islam está prohibida y donde la apostasía se llega a castigar con la pena de muerte, o al menos con fuertes multas, destierros y cárcel”. Por ejemplo, en Arabia Saudita “la policía frecuentemente detiene a miembros de minorías religiosas como los cristianos y los musulmanes chiítas, y sólo se les libera después de firmar un documento atestando que renuncian a su fe”.
Dentro de la tónica general de persecución de estos países islámicos, hay que destacar a la organización terrorista Al Qaeda, que desarrolla un exacerbado fanatismo. Es reciente la masacre de Bagdad, en la que perdieron la vida tres sacerdotes y 45 rehenes. Pero lo malo del caso es que estos desalmados, con falsos pretextos, han jurado seguir matando a cristianos.
“Estas y otras formas de persecución religiosa –sigue diciendo el informe de la COMECE- explican, por ejemplo, por qué durante las últimas décadas las minorías religiosas (sobre todo los cristianos) han emigrado de países de mayoría musulmana. Las cifras no dejan lugar a dudas: en Irak han pasado de ser casi millón y medio en 1987 al medio millón de 2008, y su número sigue en descenso. El informe recuerda la triste suerte de las comunidades de otros países de Oriente Medio (Egipto, Israel, Siria, Líbano) que constituyen la cuna del cristianismo y donde la presencia cristiana está a punto de desaparecer, como ocurre con los caldeos asirios de Turquía”.
LA “JIHAD”
La “jihad” se traduce a menudo por la expresión de guerra santa. Pero esta traducción no es del todo exacta. La tradición islámica distingue entre la “gran jihad”, que es el esfuerzo sobre sí mismo para alcanzar la moral islámica, y la “pequeña jihad”, que es la guerra para la defensa y el triunfo del Islam.
¿Será la pequeña jihad la que explique las acciones violentas de determinados grupos y fuerzas del mundo musulmán?...