Sistematización de experiencia de economía social y solidaria Sistematizacion de experiencias campaña global Col | Page 20

capacidad para lograr objetivos comunes a partir de: compartir formas de pensar (idea- les), construir consciencia y voluntad colec- tiva, lo cual propicie la realización de formas de economía desde la lógica de la solidaridad, materializadas en empresas altamente eficien- tes que permiten a sus asociados desarrollar plenamente sus potencialidades humanas, vivir bien, obtener ingresos estables y satisfacer de manera apropiada y creciente sus necesidades, aspiraciones y deseos (Razeto, 1993). En la economía social y solidaria, la solida- ridad/cooperación es el nuevo factor producti- vo de esta economía alternativa a la economía de capital; es la energía social como fuerza que lleva a que los colectivos superen las limitacio- nes, a persistir, trabajar en grupo, desarrollar su creatividad para encontrar soluciones, compar- tir emociones y sentimientos, y a que se cohe- sionen como colectivo. El factor c aporta a los otros factores de producción: trabajo, tecnolo- gía, medios materiales (objetos, tierra), financia- miento (dinero) y gestión (toma de decisiones, dirigir, planificar); hace crecer y desarrollar las cooperativas y organizaciones solidarias. La economía social y solidaria demuestra que la actividad empresarial puede llevarse a cabo de manera no solo distinta, sino tam- bién mejor —no solo en aras de sus propios beneficios, sino también los del mundo. Los principios universales del cooperativismo — membresía (adhesión) abierta y voluntaria, control democrático de los miembros, parti- cipación económica de los miembros, autono- mía e independencia, educación, formación e información, cooperación entre cooperativas y compromiso con la comunidad— se confi- guran en un modelo de sociedad que sintetiza las aspiraciones de la humanidad en torno a solidaria Además, el movimiento de la economía so- cial y solidaria —que aglutina cooperativas, mutuales, fondos de empleados, fundaciones y organizaciones de voluntariado desde hace más de 200 años— demuestra que otro mundo es posible. Así se evidenció una vez más en el 2012, año internacional de las cooperativas, declarado por la onu, como una acción global de visibilización ante el mundo de sus impac- tos económicos, sociales y culturales en la so- ciedad. En este punto, es pertinente retomar el aporte conceptual que ha hecho Luis Razeto en este campo del conocimiento, al fundamen- tar que la economía de la solidaridad no es una doctrina, sino “realidad, teoría y proyecto” (Razeto, 1993). Sin caer en equivocaciones, podemos afir- mar que la contribución del movimiento de la economía social y solidaria al desarrollo de una agenda educativa global está represen- tada en la acción permanente y sistemática que realiza día a día en cumplimiento de su quinto principio universal: educación, forma- ción e información. Esto significa que el mo- vimiento solidario incide en la educación de más de 1000 millones de mujeres y hombres que se encuentran asociados en el planeta a diferentes organizaciones solidarias. Las y los asociados, sus familias, las directivas, los administradores, los empleados y las comu- nidades del entorno tienen oportunidades de educación permanente y desarrollo profesio- nal, a fin de que puedan contribuir con eficacia al fortalecimiento de las cooperativas. Ade- más, desarrollan acciones de sensibilización con el público en general sobre las ventajas de la cooperación (aci, 2013, p. 10). La cooperación es una fuerza activa de la solidaridad que potencia en el ser humano su 21