importante papel que ejerce la familia, deberán incluir en su Proyecto de Centro los cauces más adecuados para contar con las familias en esa tarea compartida.
Bisquerra1 define la educación emocional como “un proceso educativo, continuo y permanente que pretende potenciar el desarrollo emocional como complemento indispensable del desarrollo cognitivo, constituyendo ambos los elementos esenciales del desarrollo de la personalidad”. Esta metodología activa busca el desarrollo de conocimientos y habilidades sobre las emociones con el fin de capacitar al individuo para desenvolverse adecuadamente en la vida cotidiana y, a la vez, potenciar sus puntos fuertes para conseguir un mayor bienestar y felicidad en la vida.
El concepto de educación emocional está muy ligado al de competencia emocional. La competencia emocional la define María Dolores Hurtado Montesinos en su libro Educación emocional. Programa y guía de desarrollo didáctico2 como “un conjunto de conocimientos, capacidades, destrezas y actitudes necesarias para comprender lo que sentimos, pensamos y hacemos, saberlo expresar de forma adecuada y conseguir el mayor desarrollo personal posible que nos permita sentirnos bien y establecer relaciones positivas con los demás”.
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