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En algunas ocasiones no se trabaja con la información de primera mano, sino es que se recurre a bases de datos especializadas (VICLAS, VICAP , HITS ) y a la información proporcionada por personal e informes policiales. En otros casos se recurre a la entrevista personal con asesinos en serie encarcelados, lo que hace que no podamos acceder a datos de asesinos en serie no detenidos.

A continuación presentamos algunos estudios representativos sobre el fenómeno del asesinato serial, así como algunas teorías elaboradas al respecto.

Uno de los trabajos más conocidos sobre asesinos en serie es el de Dietz, hazelwood y Warren en 1990 (en Petherick 2006). Estos autores estudiaron casos de asesinato serial ocurridos entre 1984 y 1989. En los resultados identificaron una clara temática sádica y un fuerte componente sexual en todos los casos analizados. Algunos de sus resultados fueron:

* Gran parte de los asesino declararon haber sido víctima de abusos sexuales en la infancia.

* Un 57% de ellos no tenía historia de arrestos previos. Más o menos en la misma proporción presentaban abusos de drogas y medicamentos, elemento que indica para los autores una pérdida de inhibición para cometer estos actos.

* El 93% de los asesinos mostró una planificación cuidadosa de sus crímenes, utilizando la sorpresa o el engaño para aproximarse a sus víctimas.

* Respecto a la actividad sexual, la penetración oral y anal fueron más realizadas que la vaginal, lo que en opinión de estos autores provee al agresor de un mayor poder sobre la víctima.

* La estrangulación por ligaduras o manual fue la forma de muerte más usada, seguida de uso de armas de fuego o el apuñalamiento.

Hickey, en 2002, presenta un estudio de asesinos en serie que dio lugar a su modelo de Control-Trauma. Para Hickey, convertirse en un asesino en serie implica una serie de predisposiciones biológicas, psicológicas y sociológicas, pero sin embargo esto solo no basta, es necesario algunos acontecimientos traumáticos durante el desarrollo de la persona para desencadenar su carrera homicida (en Petherick 2006).

Distintos traumas como abuso infantil, desestructuración familiar, experiencias violentas y rechazo escolar pueden incidir sobre los factores predisponentes. Estos traumas generan sentimientos de desconfianza,