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BLAST TORACICO O PULMON DE ONDA EXPLOSIVA.

La onda de presión, al ejercer sus efectos sobre un líquido, produce una pulverización en la internas gas/liquido y una sobre expansión de los alvéolos. Se rompen así los capilares y los alvéolos pulmonares, y esto se acompaña de desgarros del tejido alveolar de la zona hilar, debido a su menor densidad.

Al principio las lesiones pulmonares no son muy evidentes: el paciente esta pálido y algo cianótico, y con intenso dolor. Mas tarde aparecen esputos sanguinolentos y tos. Junto a esto pueden haberse producido lesiones muy severas como hemorragias pulmonares, hemotórax, edema agudo pulmonar, desgarros pleuroparenquimatosos y hasta rotura aortica o cardiaca. Las lesiones se localizan mas frecuentemente en los lóbulos medio e inferior derecho, respetando el vértice.

BLAST ABDOMINAL O ABDOMEN DE ONDA EXPLOSIVA.

Son frecuentes el dolor abdominal y signos de rigidez y resistencia de las paredes, que a menudo se acompañan de melenasy hematuria. El blast abdominal va casi siempre acompañado de blast pulmonar.

Las lesiones que pueden producirse son: hemorragia gástrica o intestinal, desinsercion del meso y desgarros de las vísceras huecas, hígado, riñones y bazo, sobre todo si el individuo se encontraba en el agua. La gangrena intestinal puede dar lugar tardíamente a un cuadro de peritonitis.

Si no ha habido roturas ni desgarros viscerales, los síntomas remiten sin necesidad de tratamiento quirúrgico.

BLAST NEUROLOGICO O CEREBRO DE ONDA EXPANSIVA.

Se cree que es la onda de presión la origina las lesiones de mayor importancia. El traumatismo se transmitirá a través de lo capilares, desgarrándose las venas corticales; se producirían así hemorragias bulbares o en otros niveles. Como consecuencia pueden aparecer coma, hemiplejia, síndrome parkisoniano, temblor cerebeloso y cuadros psiquiátricos de tipo confusional, depresión.

BLAST OCULAR Y AUDITIVO.

Las lesiones oculares son muy frecuentes y van siempre acompañadas del riesgo de perdida del globo ocular y de la visión. El aumento de la presión intraocular puede producir hemorragias retrobulbares, hemorragia intraocular, roturas coroideas, desprendimiento de retina, lesiones en el nervio óptico y glaucomas agudos de aparición más tardía, pero en relación con el traumatismo.

En el oído lo más frecuente es la rotura del tímpano y lesiones mas internas, manifestándose todo ello por acufemos, sordera y vértigos.