SBS 2018 Subsidio Semana Buen Samaritano 2018 | Page 17
israelitas y sirios. La historia demuestra que esas relaciones se prestaron a tremen
das crueldades, que duran hasta nuestros días. El autor de estos relatos conoce lo
ocurrido. Pero proclama un modo de comportamiento distinto, fraterno, en el que los
conflictos inevitables se resuelvan con buena voluntad.
Incluso con otros pueblos con los que no existen vínculo de parentesco, indica el
Génesis que los problemas se deben resolver de buena manera, acudiendo al
diálogo: así ocurre en el caso de Egipto (Gén 12), y en diversas tradiciones sobre
los contactos de los patriarcas con los filisteos (Gén 20; 21,22-34). Incluso la
inhospitalaria Sodoma (Gén 18,16-33) es digna de la preocupación y la defensa de
Abrahán.
En resumen, el libro del Génesis, que describe las cuatro rupturas iniciales de la
humanidad, olvidando utopías e idealismos ingenuos, partiendo de una realidad
conflictiva, proclama que el hombre puede y debe restablecer la fraternidad. Para
ello, unas veces tendrá que ceder, como Abrahán con Lot; otras, tendrá que
dialogar, como se hace con los filisteos; otras, que perdonar, como en los ejemplos
de Esaú con Jacob, y de José con sus hermanos. De este modo, se obedece a
Dios y se restaura también la ruptura principal que se dio con el plan divino.
2. El Éxodo
Si el libro del Génesis nos traza una rica perspectiva sobre la solidaridad humana,
el del Éxodo profundiza el tema situándonos en circunstancias nuevas: la opresión
de Egipto, padecida no por un individuo o una familia, sino por todo el pueblo. En
este contexto, dos personajes (hablando literariamente) van a mostrar su profunda
solidaridad con las desgracias de los israelitas: Moisés y Dios.
Moisés
Moisés, educado en la corte, en un ambiente cómodo y agradable, no olvida sus
orígenes y “salió para ver a sus hermanos”. Si el comienzo de la crueldad del
faraón radica en que “no conocía a José”, el cambio de Moisés comenzará a
producirse cuando entre en contacto con su gente y advierta que “estaban someti-
dos a trabajos forzados” (Éx 2,11). La política opresora empieza por desconocer
al
prójimo; la liberación empieza por el conocimiento del dolor humano.
Ese conocimiento puede llevar a la rabia y la violencia. El primer acto de Moisés
recogido en la Biblia es el asesinato de un egipcio (Éx 2,11‑12). Esto provocará su
huida posterior a Madián, donde el protagonista demuestra de nuevo su deseo de
ayudar a los más débiles. Cuando los pastores quieren expulsar del pozo a las
hijas del sacerdote, Moisés las defiende (Éx 2,16‑20).
Sin embargo, no pensemos que Moisés, tan preocupado por los débiles, acepta
fácilmente la misión que Dios va a encomendarle. El relato de la vocación,
contenidoen los capítulos 3-4, indica sus numerosas resistencias. El número cinco
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