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SAYARI Año I Ed. 01 Junio 2017 existen en la actualidad lugares donde no tienen los servicios básicos, y menos televisión. ¿Cómo decir que somos una nación? Resulta difícil contestar esta pregunta. En uno de los textos recomendados por la cátedra, y leídos sobre Nación, se compara Costa Rica con Perú, y se hace referencia a varios intelectuales peruanos, que opinan de Perú vanalidades, como “que Perú es un chiste”, “donde se mete el dedo brota pus”, y otras perlas. El autor dice enfáticamente, si así piensan los intelectuales peruanos, de su país, que se puede pensar de los demás. En el caso de Costa Rica, el autor nos dice que le fue imposible encontrar alguna calificación de aquel país por alguno de sus intelectuales. Diferencia que descubre una vez más que la nación peruana está en gestación, tanto es así que cuando nos expresamos sobre Perú, decimos “este” país y no “nuestro” país, existe un divorcio involuntario, que lo tenemos que erradicar de nuestro inconsciente, tenemos que rescatar los verdaderos valores de nuestro pueblo. Con la globalización, los países desarrollados, están experimentando la inmigración y es uno de sus más grandes problemas. Al respecto, también lo dice Giddens, que Alemania experimentó el ingreso de más inmigrantes que Estados Unidos, pero que consideran que es una mano de obra calificada y que se adecúan de inmediato a las normas de dicho país. Efectivamente los países se están juntando para resolver sus problemas y aparecen los bloques regionales, esto será posible siempre y cuando, en el caso de América, Estados Unidos motive y respalde estas acciones, en caso contrario el continente será fraccionado en norte y sur, de México al Norte y de Panamá al Sur, a excepción de Chile. Este planteamiento es de Andrés Oppenheimer. ¿Qué hacer entonces con el fenómeno de la globalización? Estamos seguros que Aparicio Pomares esta ría en contra de esa intervención – la globalización es una forma de intervención -, sin embargo es algo irreversible y tiene “vida propia”, se mueve y puede desaparecernos como nación antes de nacer. 3. EL MITO DE LA EDUCACION Desde Mariátegui hasta León Tratenberg (supuestamente el más entendido en estos temas en la actualidad), se ha intentado resolver el problema de la educación en el país, y hasta el momento en que escribimos estás líneas no se le dá el peso y la importancia debida. Esto resulta increíble de escuchar o estudiar. Resulta que en los países desarrollados la educación es algo primordial, que en todo plan de gobierno es lo primero que se plantea. Definitivamente para el indio del “hombre de la bandera” la educación era un mito, algo así como que los blancos y criollos eran los únicos que podían estudiar. Y esto era aceptado por los gobernantes y gobernados. Los primeros porque era más fácil para ellos manejar ignorantes, y para los segundos una especie de resignación sincera, que ellos no habían nacido para estudiar y solamente saber trabajar para sus “amos”. Desde que tengo uso de razón no me explico hasta ahora porque no existe un solo gobierno que se haya interesado por analizar el problema real de la educación. La educación pública cada vez tiene más problemas y sigue decayendo. Nadie dice nada, y más en plena era del conocimiento y de la información existe la necesidad de tomar como problema de Estado el de la educación. Nuestro enemigo principal es la ignorancia, para combatirlo no debemos andar con los ojos vendados, sin darnos cuenta que un pueblo menos ignorante, será mucho más fácil de impulsar y hacer progresar. La reacción de Pomares, en el cuento de López Albújar, es la de un maestro que siente la necesidad de enseñar a los indios de un lugar apartadísimo del país, lo que significa defender su patria y sobre todo su bandera. Aparicio Pomares logra su cometido, pero por favor, lo consigue pero por la sensibilidad del indio, por su nobleza y porque entiende de inmediato el llamado de la patria amada, y cuando está en peligro. Que grande Pomares, es la parte más emocionante del cuento, pero debemos rescatar su paso por el Ejército donde le enseñaron a amar a su patria y su bandera. Existe una incomprensión del civil contra el militar y viceversa. En la coyuntura actual nuestros problemas dependen de todos los peruanos y no de acciones de “venganza” por encontrar culpables a nuestros problemas. Despertemos, nuestro principal problema es la incapacidad de resolver el problema de la educación en el país, creemos que es algo inalcanzable y que sólo algunos 13