SANGRE DE CAMPEÓN Sangre de campeón | Page 84

-No señores. Estos no son los hombres que nos asaltaron. -¿Está segura? -Por supuesto. ¡Estos no son! Quise que me tragara la tierra. El señor Izquierdo comenzó a gritamos: -¡Ingratos! ¡Malagradecidos! -Disculpe -respondió mi padre -. Hubo un malentendido. Mi hijo creyó... -¡Su hijo es un marica! -aulló Lobelo Le encanta acusar. Y lo peor es que dice muchas mentiras -¡Yo no digo mentiras! -me defendí. Papá tomó el control. -Señor Izquierdo –dijo -, dadas las circunstancias, ya no conviene que trabaje con nosotros. -Así será -contestó amenazante -, pero ustedes se van a arrepentir de habernos hecho pasar este mal rato. Nos quedamos de pie como congelados por el temor. Los policías nos hicieron salir de ahí. De regreso a casa nadie dijo una sola palabra. desde el asiento delantero. Por favor; revisa la guía de estudio en la pagina 168, antes de continuar la lectura del siguiente capítulo. 84