Poco tiempo después, las clases terminaron.
Salí a la calle. Me detuve sin saber hacia donde huir. El
automóvil viejo del señor Izquierdo estaba parado frente a la puerta,
esperándome. Me perdí entre todos los niños que invadían la
banqueta. Caminando con rapidez. Miraba hacia atrás de vez en
cuando. De pronto, detecté que el automóvil avanzaba por la calle.
A pocos metros había un árbol frondoso. Corrí hacia él, y trepé
por las ramas.
El coche negro se acercó hasta mí.
Sentí pánico.
Había dejado mi mochila, con la caja de Ivi en el suelo.
desde el asiento delantero.
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de continuar la lectura del siguiente capítulo.
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