SANGRE DE CAMPEÓN Sangre de campeón | Page 78

-Mis compañeros cambiaron conmigo en cuanto supieron que yo iba a tener las listas de reportes, asistencias y calificaciones. Me están presionando para que haga trampas. No quiero problemas. El profesor me observó en silencio y luego dijo señalándome una silla frente a él: -Siéntate, por favor. Obedecí. -Tú sabes que quienes hacen trampa, casi siempre son descubiertos y castigados de forma muy dura. -Si –contesté -. Pero si les digo eso a mis amigos, me llamarán cobarde y cosas peores. El profesor Miguel movió la cabeza y levantó la voz: -Vamos a hablar claro, Felipe. Los dirigentes tienen muchas obligaciones. La más importante es enseñar honradez. Eso significa que cuando un líder hace trampa, le falla a toda su gente porque viola el principio fundamental del liderazgo: ser un ejemplo a seguir. Me agrada saber que rechazas la corrupción. Necesitam os dirigentes íntegros: en la política, en los negocios y en la sociedad. Ser jefe es un gran reto, porque al estar arriba, muchas personas hipócritas te van a adular. El César, en la antigua Roma, tenía un empleado que iba detrás de el diciéndole todo el tiempo: “No eres un dios, no eres un dios, recuerda que no eres un dios.” Esto ocurría porque tener poder sobre los demás provoca perdición. El jefe llega a creerse superior y se corrompe. No apliques el poder para mandar sino la autoridad para servir. Sé valiente, Felipe y no renuncies al cargo. Asentí. Se habla despertado en mi interior una hambre de superación que nunca antes había sentido. Deseaba, de verdad, convertirme en un campeón. Me despedí del profesor aceptando continuar con el cargo. 78