SANGRE DE CAMPEÓN Sangre de campeón | Page 63

-Entonces, señor ¿quién me ayudó a salir del sótano? ¿Quién me salvó la vida y.. me dio... esta... caja? -Tal vez lo soñaste todo -contestó el hombre sonriendo -, o viste un ángel. Agaché la cabeza. Aquella noche vi a Ivi vestida con ropa deportiva blanca y zapatos tenis también blancos, percibí su rostro fresco como si acabara de bañarse y su suave olor a perfume... de... ¿flores? -¡Dios mío! Le di las gracias al conserje y me retiré. Estaba profundamente conmovido. Recordé lo que me dijo: “Alguien a quien yo quiero mucho me regaló una cajita con tarjetas valiosas. Te la presto. Luego me la devuelves.” -No pude haberlo soñado –razoné -, porque tengo la caja de madera, ¡aquí! Pero si ella no vive en la escuela ¿dónde voy a encontrarla para devolvérsela? Caminé por la calle. Ahora comprendía por qué cada vez que sacaba una tarjeta de su interior hallaba un mensaje adecuado para el momento que estaba viviendo. A mi madre le pasó lo mismo. ¿Podían existir ese tipo de milagros? ¿Que Dios se comunicara con los hombres a través de... ángeles de... notas? Quise probar. Con movimientos desordenados saqué una tarjeta de la caja. Decía: Un campeón enfrenta los retos, aunque sienta temor, se mantiene tranquilo durante los momentos difíciles, ve lo positivo, confía en él mismo, está siempre contento, ayuda a otras personas, es servicial y procura convertirse en un elemento de amor. La guardé. 63