problema es que tenemos poco tiempo y debemos encontrar a
alguien compatible.
-¿Y eso es difícil? -preguntó papá.
-Mucho. Buscando en las bases de datos de todos los
hospitales del mundo y haciendo exámenes a cada persona
cercana, podemos tardar meses o años en hallar la médula
indicada. Puede estar en cualquier lugar del planeta.
Mi mamá parecía muy asustada.
-¿Qué pasa si no la encontramos rápido?
-Riky tiene un tipo de leucemia muy agresiva. Si no
encontramos donador, morirá en pocos meses. Hable con todos
sus conocidos para que acudan al laboratorio. Debemos hacer
análisis de sangre a familiares y amigos... La mayor cantidad de
gente posible.
-¿Pueden comenzar con nosotros? -pregunté.
-Por supuesto --dijo el médico.
Caminamos por el pasillo. De pronto me detuve al ver a un
hombre que se acercaba.
¿El padrastro de Lobelo? ¿Qué hacía en el hospital?
Papá lo saludó de mano, le dijo que necesitábamos buscar un
donante de médula ósea y le pidió que nos acompañara al
laboratorio. Le hice una seña a mi padre. De inmediato comentó:
-El señor Izquierdo me pidió trabajo. Se lo di y ahora va a
ayudarnos como chofer durante un tiempo.
-Pe... pe... –tartamudeé -, pero... Lobelo.
-Tranquilízate muchacho -dijo el hombre -. Ya castigué a mi
hijastro por la broma que te jugó. Inclusive vendí su motocicleta. Si
vuelve a portarse mal contigo, le daré una paliza.
57