SANGRE DE CAMPEÓN Sangre de campeón | Page 32

soldados. Podía sentirlo, porque me invadían el coraje, la tristeza, el rencor, el odio, y el temor. Hice un esfuerzo, terminé de lavarme y coloqué antiséptico en mis heridas. Después, me puse el pantalón húmedo para salir del baño dispuesto a correr hasta la calle. En el garaje habían puesto música y algunos muchachos bailaban. Lobelo se me interpuso. -Perdóname brother. Nunca creí que el perro te atacara de a de veras. Olvidemos los malos ratos y terminemos el día en paz. Ven. Me abrazó por la espalda y me condujo hasta una mesa en la que varios muchachos contaban chistes. Me recibieron con amabilidad. Todos estaban un poco apenados por lo que me había pasado. Me ofrecieron una deliciosa bebida dulce. A los primeros tragos, sentí que mi cuerpo se revitalizaba. Sabia que debía alejarme de ahí, pero me faltaba carácter. Estaba muy mareado. Algunos de mis compañeros de doce y trece años fumaban. En el centro del rectángulo dos muchachas interpretaban un baile sexy. Después, una chica me sacó a bailar y yo acepté. Me ofreció un cigarrillo e intenté fumar. No pude. Seguí tomando la bebida dulce que todos tomaban. En pleno baile, perdí el equilibrio y caí al suelo. Oí que alguien dijo: -Felipe está borracho. No recuerdo qué pasó después. Me llevaron a mi casa a medianoche. Hallaron la llave de la puerta en mi pantalón y me dejaron tirado en la sala. Tuve pesadillas: Soñé que tenía como mascota un perrito blanco que me acompañaba a todas partes; pero estaba flaco y enfermo. íbamos caminando por la calle, cuando apareció Lobelo frente a mí. Llevaba a su enorme perro 32