SANGRE DE CAMPEÓN Sangre de campeón | Page 31

Y ahora, ¿cómo iba a salir del sanitario? Bajé la tapa del excusado y me senté para contemplar mi piel hecha trizas. Después, toqué mi oreja y observé el liquido rojo que me manchaba la mano. Sentí ganas de vomitar. ¿Qué me pasaba? Eso no era normal. Volví a fijar la vista en la sangre. Descubrí cientos de bolitas moviéndose de forma temblorosa, como si mi visión pudiera penetrar en los intrincados secretos de ese líquido rojo. Recordé las clases de Ciencias Naturales. Me habían explicado que la sangre