-Alto -le dije -. Necesito hablar contigo ¿Cuál era el secreto de
mi hermano?, ¿por qué se subió a la azotea?
El chiquillo corrió sin contestar mi pregunta.
-¡Espera! -le pedí, pero no me obedeció.
Por favor; revisa la guía de estudio en la pagina 157, antes
de continuar la lectura del siguiente capítulo.
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