Sentí una gran alegría.
Esta vez. IVI no parecía una persona. Estaba rodeada de un
brillante halo blanco y sus pies flotaban despegados del piso. Me
acerqué un poco, cautivado por su increíble belleza.
¿Por.. por qué está ocurriendo esto? -le pregunté.
Ella me contestó:
-Pasa todos los días. Los ángeles protegemos a quienes aman
al Señor. Sobretodo si son niños.
Estaba aturdido. Volví a preguntar:
-¿Por... por qué?
Ella respondió:
-Porque en el mundo, Dios quiere a los niños más que a nadie.
Son sus criaturas amadas, preferidas, consentidas.
-De... ¿de veras?
-Sí. Jesús dijo: “Nunca desprecies a un niño, porque los
ángeles de los niños están viendo todo el tiempo el rostro de mi
padre.” 1 También dijo: “Dejad que los niños se acerquen a mí,
porque de ellos es el reino de los cielos.” 2 Y, lo más increíble.
Afirmó: “Les he ocultado muchas cosas a las personas mayores y
sabias, pero se las he rebelado a los pequeños.” 3
Reflexioné unos segundos.
-¿E... eso qué significa?
-Que los niños reciben mensajes, Felipe. Incluso algunos tienen
contacto con ángeles. Tristemente, al crecer, muchos pierden su
sensibilidad y su inocencia. Entonces olvidan las experiencias más
bellas.
1 Mateo 18,10.
2
3
Marcos 10, 14,
Mateo 11,25.
117