SANGRE DE CAMPEÓN Sangre de campeón | Page 111

-Nos vienen siguiendo. Volteé. Era verdad. Dos autos se habían detenido justo detrás de nosotros. El miedo me invadió. -¡Acelera! -le dije -. Es peligroso. Ella negó con la cabeza. -Felipe ¿Esos coches que están detrás, ¿no son los que se detuvieron frente a la casa cuando intentaron robarla? ¿Es uno de ellos el del señor Izquierdo? -Sólo veo las luces. Pero tienes razón. Deben ser ellos. ¡Vámonos! -Dejaré que se acerquen... Somos gente civilizada. Les preguntaré qué quieren. -¡No! –exclamé -. Pueden hacemos daño. En ese instante, se abrieron las portezuelas de los coche que estaban detrás de nosotros y bajaron cuatro hombres. -¡Vienen armados! –dije -. ¡Mamá! Dos de ellos trae pistolas, ¿ya te diste cuenta? Mi madre al fin entendió que esos sujetos no eran tan civilizados y que iba a ser imposible ponerse a charlar con ellos. Movió la palanca del coche y aceleró. Vi cómo uno de los tipos levantaba su arma y nos apuntaba. Me agaché gritando: -¡Cuidado! Los delincuentes prefirieron no disparar en esa transitada avenida. Se subieron a sus autos y comenzaron a perseguirnos de nuevo. Mamá aumentó la velocidad y trató de perderlos. Se salió de 111