Rumor de límites. Memoria del desasosiego (hacia las Pinturas Negras) FINAL DE LAS PINTURAS NEGRAS-QUINTA DEL SORDO | Page 51

51 de sus anteojos no veía más que jesuitas y por el otro, colegiales”. Además según una carta de Roda al ministro napolitano Tanucci de 23 de junio “Los jesuitas eran el principal y único fomento que atizaba el fuego en todas partes, indisponían los ánimos de cualquier clase de gentes, los separaba del amor y subordinación al Gobierno, imprimían y esparcían papeles y escritos sediciosos a la autoridad real y a la soberanía y sus legítimos derechos.” En cualquier caso la suerte de la Compañía de Jesús estaba echada y pese a las aclamaciones y los gritos de fidelidad de los amotinados, el Rey absoluto investido de soberana majestad, se sintió gravemente vejado, al tener que condescender forzosamente a las peticiones en pleno tumulto y desterrar a uno de sus más queridos colaboradores como era Ensenada. Entre las reformas también estuvieron las llamadas Quintas, el re- clutamiento forzoso por sorteo de una quinta parte de la población masculi- na adulta en edad militar, para contar con un ejercito estable y poder hacer frente a los permanentes conflicto con Francia e Inglaterra. Una medida que afectaría de lleno a los sectores más pobres, pues las clases adineradas siempre podían eludir la quinta con la compra de un sustituto por una can- tidad determinada. En el plano político fue un intento de modificar algunos aspectos de la sociedad estamental sin transformar los aspectos básicos, pero que, incluso tras los motines de 1766, seguía existiendo un divorcio entre los in- telectuales ilustrados y el poder. Además las reformas iniciadas fueron de