Rumor de límites. Memoria del desasosiego (hacia las Pinturas Negras) FINAL DE LAS PINTURAS NEGRAS-QUINTA DEL SORDO | Page 52
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carácter y alcance limitados; aun cuando la posterior Revolución francesa
devolvería el impacto, tal vez inevitable, unos años más tarde. Aristócratas
como el Conde de Aranda, el Conde de Floridablanca y Ramón de Cam-
pomanes, salieron reforzados de la situación. Carlos III tendría que contar
con ellos, pero sus reformas serían mucho más moderadas que en Francia,
tanto en el terreno económico como en el político -aquí nunca se dieron
hechos de carácter revolucionario-. Por contra individuos de valía como
Sabattini, llegado de Italia con el Rey, recibieron amenazas de muerte por
parte de sectores populares, o el conde de Gazola, comandante general de
artillería, de origen italiano, que fue conminado a salir de España “en el
plazo de ocho días, so pena de su vida” y un bando popular puesto el 3 de
abril en la puerta del Sol decía: “Manda el público que dentro de ocho días
hagan dejación de sus empleos todos los italianos que existen en servicio
de su Majestad y dentro de veinte salgan de sus dominios, y de lo contrario
incurrirán en la misma pena que el marqués de Esquilache. El Pueblo”.
El ambiente, por tanto, no estaba para bromas. Hay recopilados de-
cenas de pasquines de aquellos días; pasquines que como muestra este de
Zaragoza no parecían templar gaitas: “Al Señor marqués de Avilés, inten-
dente corregidor de esta ciudad y reino: como no haga gobierno se tomará
justicia peor que en Madrid, por los comercios. Y que si no hacen poner el
comercio como estaba antes que viniese a esta tierra y si no hace sacar todo
el trigo a los usureros, que son sus amigos, y consiente en ello y trata y go-
bierna y por eso está todo tan caro. Y se le da el término de ocho días y si no
se le pegará fuego a su casa y a la de sus regidores que todos son consientes