¡Cuales son los principales riesgos de ecuador?
El vulcanismo
La actividad volcánica prehistórica, histórica y actual que se presenta en la Cordillera de los Andes, es el producto de la compleja interacción que se ha desarrollado entre las placas tectónicas de Nazca y América del Sur. El proceso de subducción de la primera bajo la segunda es el que define las condiciones termodinámicas propicias para que se desarrollen las presiones y temperaturas generadoras del magma y para que este ascienda a través de la corteza y se manifieste con las características típicas del vulcanismo, particulares para cada caso.
En la región estudiada, existen varios volcanes actualmente activos y que históricamente lo han estado; otros lo han sido en la prehistoria y algunos lo estuvieron hasta el Pleistoceno (hace 10 000 anos o más).
En la actualidad, se pueden considerar como activos el Reventador, Cotopaxi y el Complejo Juanoy-doña Juana, mientras que aquellos recientemente activos, de los que se puede esperar a corto o mediano plazo alguna manifestación son: el Sumaco, Antisana y Patascoy. Otros de los que muy poco se conoce pero que no se puede descartar una reactivación futura, pueden ser el de Cayambe, Quilindaña y Sincholagua.
De acuerdo con el conocimiento que se tiene de la actividad característica de algunos volcanes, se pueden esperar eventos específicamente destructivos e impactantes; por ejemplo del Cayambe, Cotopaxi y Antisana, se pueden esperar erupciones de tipo altamente explosivo, con emisión de flujos piroclásticos, nubes ardientes, explosiones laterales, etc. Adicionalmente, estos tres edificios volcánicos alojan en su cima espesos casquetes glaciares que, como ya ha ocurrido (e.g. Cotopaxi), basta un aumento de temperatura o el reinicio de un ciclo eruptivo para que ocurra un deshielo y que se generen avalanchas. Estas, han descendido al menos en tres ocasiones por el río Tambo-Napo y han destruido parcial o totalmente Puerto Napo.
En el caso de otros volcanes como el Sumaco, Antisana, Reventador y Patascoy, se ha determinado el descenso de coladas de lava, lahares y flujos de detritos que han obstruido temporal o permanentemente los cauces de algunos ríos, formando lagunas efímeras o lagos permanentes que, al vencer el obstáculo, han generado avalanchas y corrientes de lodo de grandes dimensiones.
Desde otro ángulo, debe tenerse en cuenta que en las áreas periféricas a los centros de erupción, las amenazas de mayor envergadura son aquellas generadas por la caída de piroclastos (cenizas, lapilli, bombas) circulación de coladas de lava, actividad sismovolcánica, generación de deslizamientos, obstrucción de cauces fluviales, emisión de gases tóxicos, lluvias ácidas, etc.