Siguiendo a Pietro Comba y Raúl Harari, convengamos en que una estrategia para la gestión de riesgos busca dinamizar la capacidad social de resiliencia, es decir la capacidad de una comunidad, sociedad u organización expuestas a una amenaza, para resistir, absorber, adaptarse y recuperarse de los efectos de una crisis ambiental, en forma oportuna y eficaz.
Esto a sabiendas, como dice Ulrich Beck, autor de la “Sociedad del riesgo”, que estamos (sobre)viviendo en una carrera desmedida del crecimiento y del progreso que tiene efectos perversos difíciles de controlar y que derivan en complejas situaciones de incertidumbre y riesgo real, en una relación en la que a un crecimiento lineal de las incertidumbres le corresponde un crecimiento geométrico de las perturbaciones. Necesitamos otro modelo de desarrollo.