RIE-UANL AÑO 1 VOL. 1 | Page 84

sociales internas, que hoy se expresan en la desconfianza del Estado y sus instituciones; en el mercado y sus estrategias; en la corrupción, el narcotráfico, los problemas ambientales y ecológicos, la delincuencia organizada, la inseguridad pública, la atención a la salud en áreas consideradas por décadas marginadas, entre otras muchas problemáticas sociales. Ante ello, es que afirmamos que es urgente pensar y, citando a Heidegger (2008), también diremos que lo gravísimo de nuestra época es que no pensamos. El pensamiento hace posible la imaginación, la creatividad, la invención, la innovación, la ruptura de los límites impuestos como determinaciones que terminan por empequeñecernos. El problema que nos convoca emerge de observar que los programas de formación de investigadores se han convertido en espacios que, -amen de los discursos un tanto nuevos como “las competencias”, que incluso nos hablan de desarrollar el pensamiento crítico, y que terminan reduciéndose acaso a un nivel cognitivo-, han dejado pendiente por largos años en el trayecto de la formación, el desarrollo de un pensar epistémico metodológico en tanto posibilidad de construcción de conocimiento. Partimos de preguntarnos ¿De qué conocimiento hablamos cuando se afirma que los futuros investigadores construyen conocimiento? ¿Cómo entramos en relación de conocimiento desde la experiencia en los espacios de formación? ¿Cómo incorporar a los sujetos en el proceso mismo de construcción de conocimiento? Las ideas desarrolladas en esta ponencia, descansan en tres supuestos: a) La epistemología del presente potencial y la didáctica no parametral pensadas como enfoque crítico que fundamenta la acción de formación de investigadores. b) Es una exigencia y desafío de época formar a sujetos investigadores con conciencia histórica. 76