RIE-UANL AÑO 1 VOL. 1 | Page 69

El juego como instrumento potencializador del aprendizaje cognitivo, afectivo y social presenta cinco principios fundamentales: significatividad, funcionalidad, utilidad, globalidad y culturalidad. Estos principios le permiten al individuo vincular adecuadamente la relación existente entre pensamiento y experiencia para lograr la conexión de manera significativa con su contexto real, al favorecer la instauración de la función simbólica y con ello el surgimiento interno del símbolo. El principio de significatividad, el juego está lleno de significado por que surge con motivo de procesos internos y que es necesario provocar, inclusive propiciar de manera intencionada, esto debido a que en los individuos con bajo aprovechamiento académico, su nivel de desarrollo lúdico se encuentra carente, inclusive ausente y el juego llega a desarrollar el conocimiento que se necesita para conectarse de manera significativa con los retos con los que ellos se encuentran en la vida. La actividad lúdica favorece en el niño la instauración de la función simbólica y con ello el surgimiento interno del símbolo, logrando aumentar la capacidad del pensamiento humano. Así el juego se presenta como uno de los primeros lenguajes naturales en el ser humano, mediante el cual éste proyecta sus deseos, inquietudes, sentimientos, impulsos, miedos, necesidades y emociones que no puede expresar con palabras, reflejando con ello formas y mapas de la organización de su personalidad. El juego promueve la adquisición del concepto de la regla (en su aspecto cognitivo y afectivo) que tanto tiene que ver con el nacimiento del juicio ético y la autonomía social en el niño, dado que por medio del juego los niños empiezan a comprender como funcionan las cosas, lo que puede o no pude hacerse con ellas, descubriendo que existen reglas de causalidad, de probab ilidad y de conducta que deben de acatarse. 61