Los programas de Biología y Matemáticas vigentes en casi todo el País están centrados en
la disciplina, y particularmente en el Docente (proceso de enseñanza). Uno de los problemas
nodales de este tipo de enseñanza es el deficiente desarrollo de competencias en los estudiantes.
Dicho fenómeno se sustenta en un criterio enciclopedista y racionalista del proceso docente que a
pesar de los esfuerzos de diferentes instituciones, sigue siendo la base teórica de construcción y
acciones de docencia.
Hoy debe pugnarse, por el desarrollo de competencias, porque la planeación del proceso
sea centrado en el aprendizaje constructivista, entendiendo este como el descubrimiento por parte
de los alumnos sobre los fenómenos estudiados por las Ciencias, en este caso, de la Biología y
Matemática. Los docentes deben propiciar experiencias de aprendizaje por medio de los cuales el
estudiante descubra los hechos referidos, que formen una conciencia crítica, que le ayude a
conocer, manejar, y aprovechar la naturaleza, convirtiéndose en un sujeto responsable de su
propio desarrollo y formación.
Para romper la contradicción referida y conducir los esfuerzos para que los estudiantes
adquieran profundos conocimientos, y sobre todo desarrollar la independencia cognoscitiva y la
creatividad, es urgente pugnar por una formación de profesores más eficiente, productiva y con
calidad.
En respuesta a las demanda social de elevar la eficiencia terminal en el aprendizaje de las
ciencias, encontramos que algunas Dependencias de Educación Superior (DES) del País, ofrecen
programas de Maestría en Enseñanza de las Ciencias dirigidas a profesores de Secundaria y/o de
Bachillerato, mientras que en la Universidad Autónoma de Nuevo León y en las diferentes
universidades del Noreste del País, no se cuenta con ese importante requerimiento social.
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