encuestas e instrumentos cuantitativos porque pueden portar opiniones y datos de los actores de
la escuela y del desempeño de los procesos docentes y administrativos (Graffe, 2002).
El juicio expresado debe resultar del uso de alguna metodología como actividad
sistemática, válida, objetiva y fiable. Cuando se expresa la calidad de un objeto como un juicio,
inmediatamente se establecen, cuando menos, tres supuestos: 1) una referencia a ciertas
características del objeto; 2) un conocimiento real o inferido de la persona que lo expresa sobre
la participación de las características y sus relaciones; y 3) una comparación del objeto con algún
tipo de referente o con otros objetos similares; por ejemplo, una afirmación en el sentido de que
el número de computadoras es suficiente para el número de estudiantes, o establecer que la
biblioteca cuenta con instalaciones apropiadas para el servicio de aquellos, son juicios
evaluativos sobre los insumos (Garduño, 1999).
En lo que a infraestructura y equipamiento se refiere es importante tomar en cuenta la
caracterización, necesidades que se identifican; espacios físicos, distribución, usos,
mantenimiento; recursos materiales, didácticos; equipamiento informático y multimedial, uso y
actualización (Dirección de Evaluación Educativa, 2009).
La evaluación institucional pretende colaborar en el diagnóstico de las escuelas para
detectar con ellas sus puntos fuertes y débiles, y para que, desde un conocimiento más preciso de
su situación, sean capaces de diseñar proyectos de mejora y cambio (Lukas y Santiago, 2004); lo
que se constituye en actividad periódica actual en las escuelas de educación normal.
Toda actuación racional y planificada en el campo educativo exige la evaluación
sistemática de su proceso de desarrollo, para que las medidas correctoras que se adopten sirvan
de modo eficaz a la mejora de la actividad y de los resultados que se obtienen en el Centro; así en
él existen numerosos componentes que condicionan de modo claro, positiva o negativamente, su
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