Revista Áurea Ed. 1 | Page 7

Seguro a tu mente vienen como cohetes los recuerdos con ese tipo de personas y es inevitable ignorarlos, pero ¿has pensado si esa persona eres tú?. La respuesta no es inmediata y tienes que hacer una radiografía de pensamientos, actitudes y emociones de sí mismo para responderla. Toma asiento, respira y habla con aquel ser interior que se esconde de la luz de la verdad. Y si es afirmativo, existe un mundo de alternativas para hacer las paces y empezar a trabajar en una vida más consciente y más sencilla.

Entonces, si existe un mar de posibles soluciones, ¿existe un océano de problemas y causas? esta respuesta es inmediata y es ¡no!. Según la especialista Hernández, un signo claro es cuando tenemos toda la intención de hacer algo al respecto en ese tipo de situaciones y preferimos no comunicar aquello que sentimos por el gran afecto hacia esa persona. Allí se forma una dependencia emocional volviendo esto el pilar de estas situaciones, para que así permanezcas en una zona de supuesta tranquilidad pero con el miedo a alguna agresión, ya sea física o psicológica.

Al momento de identificar una de estas relaciones o signos frecuentes es importante tener en cuenta dos cosas:

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