Revista Áurea Ed. 1 | Page 8

Mal carácter

Nunca hace falta ese personaje que a aparte de tener el genio de mil demonios, lo usa como un arma de defensa. Pero ese no es el problema, el verdadero inconveniente es cuando ese carácter y esa forma de expresarse nos afecta a nosotros, ya que nos trata de una manera incorrecta, nos grita o peor aún, intenta agredirnos y nos culpamos de eso. Ten cuidado, aunque creemos tener el poder de cambiar a una persona no nos damos cuenta que ese cambio que tanto esperamos es probable que solo lo busquemos nosotros y no ese hombre o esa mujer.

Actitudes posesivas

Estos creen que tiene un poder de control casi total sobre ti, dándose atribuciones incorrectas, ordenándose a hacer cierto tipo de cosas que tu no quieres en consecuencia a esa dependencia o miedo a perder esa relación problemática.

Inducción de culpa

Hay una leve línea que está entre aceptar los errores y que evidentemente podemos cometer, pues la perfección no existe, pero llega este individuo que tiene como único sentido hacerte sentir miserable y que todo lo malo es por tu culpa, ¡a metros de esas personas!

Esta es una de las señales más evidentes, en una relación tóxica siempre está aquel sujeto que cree, o

peor aún, espera que creas que es lo

mejor que te pudo pasar y sientes

la obligación de agradecerle que

esté contigo. ¡Ojo! esta persona

aprovecha de tus inseguridades

bajándote ante otras personas o

colocándose apodos que no te

hacen sentir bien provocando que

tu autoestima y confianza bajen.

Tolerancia a humillaciones

Tolerancia a LA FALTA DE RESPETO

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Ilustración: Claire Prouvost