Revista versión 2 Revista Prensa -Versión 2 | Page 6

-¿Qué cosas? ¡Decime!- pidió Carla, preocupada por la opinión de su novio. -Vos pensás que te quieren, pero ellos te explotan. Estás ahí todo el día, haciendo de todo. Y como sos del interior y no tenés nada de calle, se aprovechan de tu bondad. Acá nadie lava, limpia, cocina y está el día entero trabajando por esa miseria que te dan- manifestó Andrés. Carla no quiso profundizar en la charla porque estimaba mucho a sus patrones y no compartía la opinión de su chico. Ella sentía en esa casa más amor del que había tenido en su verdadero hogar. Además, a la tarde se iba a su cuarto y nadie le pedía que hiciera nada. Eran considerados y estaban pendientes de que se sintiera a gusto. Había decidido empezar un curso de peluquería y ellos la apoyaban para que estudiara. Sin embargo, los comentarios de Andrés comenzaban a hacer mella, y Carla pensaba que si él que la amaba tanto le decía eso, era por algo. Una vez su patrona le regaló un montón de ropa de marca que le quedaba chica y ella le mostró orgullosa su atuendo a su novio. -¿Sos un perro para que te tiren con las sobras?-, le dijo ofuscado. -No. Pasa que Mariana la iba a donar y a mi me encanta el gusto que ella tiene para vestirse. Antes de darla a otros, se la pedí para mí- justificó angustiada. -Te tratan como a una estúpida y no te das cuenta. No te sabés defender. Igual, pronto vas a estar ocupada cocinando y limpiando en nuestra casa. A Carla se le iluminaron los ojos. -¿Querès que viva contigo?-, preguntó, anhelante. - Dame unos meses para buscar un alquiler que pueda pagar y te saco de esa casa con esos abusadores. -Pero, ¿qué voy a hacer sin trabajo?-, se preocupó Carla. -Ahora tenés un hombre de verdad a tu lado. No te va a hacer falta nada-, respondió Andrés. Efectivamente, apenas un mes después, Carla dejó con mucha pena su trabajo y agradeció a la familia de Mariana y Óscar. -¡Qué seas muy feliz Carla! No te hagas la viva y pasá a saludar seguido. Todos te vamos a extrañar. Carla los abrazó a todos y se fue. ¡Ah! De que iba a ser feliz no tenía la menor duda. Y lo fue. ​ 5