Revista versión 2 Revista Prensa -Versión 2 | Page 37

enseñò que no tengo control sobre nada. En cuestiòn de dìas y de la nada, me quedè​ ​ viviendo en la oscuridad. Los proyectos que tenìa se derrumbaron. Eso tambièn me ayuda​ ​ a ser menos ansiosa. Por otra parte, mi gran aprendizaje es que ahora sè realmente lo​ ​ que es importante en la vida. Me genera mucha irritaciòn ver como la gente se preocupa​ ​ por nimiedades, mientras yo darìa lo que fuera por ver las caritas de mis hijas, descubrir​ ​ sus gestos, encontrar rasgos similares a los mìos, ver como han envejecido mis hermanas, conocer los rostros de mis sobrinos. Vivo anclada a los recuerdos. A veces​ ​ creo que hubiese sido mejor nacer ciega. Pero yo disfrutè del mundo en color por 26​ ​ años. Eso lo añoro muchìsimo. Extraño ver la cara de mi mamà, observar la belleza del​ ​ mar de Cuchilla Alta, mi lugar favorito en el mundo, donde pasamos todos los veranos​ ​ desde que nacì. La gente no imagina lo que es acostarse, dormir, cerrar los ojos, despertar y continuar asì. Yo puedo ver apenas unos destellos de luz que no me alcanzan​ ​ para nada. -¿Còmo es el vìnculo con sus hijas? -Es hermoso. Son lo màs lindo que me pasò en la vida. Celene tiene 6 años y Glenda 8.​ ​ Mi mayor miedo era que ellas se avergonzaran de la mamà que tenìan. Entonces pensè​ ​ que yo misma no me podìa avergonzar de mì ni sentir làstima, porque eso daba lugar a​ ​ que los demàs me vieran asì. Mis hijas me ayudan en todo. Llevan mis manos a todo lo​ ​ que quieren que conozca, los dibujos que hicieron, los juguetes que tienen. Me describen​ ​ absolutamente todo. Yo toco sus caritas a diario. Es la forma de percibir su crecimiento,​ ​ sus cambios. Ellas ahora comprenden mi situaciòn màs que antes. A veces se enojan por​ ​ comentarios que le hacen los compañeros en la escuela sobre la condiciòn de su mamà.​ ​ Pero saben que eso no debe lastimarlas, porque tienen una madre que las ama. Yo hago​ ​ todo lo que cualquier otra madre hace por sus hijos,les brindo amor, las cuido, las ayudo,​ ​ las escucho, les inculco valores. Yo tuve que luchar mucho con mi fobia social. Asisto a la​ ​ escuela cada vez que hay un evento y charlo con las madres. Por morbo o curiosidad, los​ ​ demàs quieren saber como es la vida de una ciega. No creo que sea por malicia, pero es molesto para mì. Un dìa que festejamos el DÌa del Niño con la clase de Celene, los padres​ ​ no podìan creer que yo habìa elaborado la torta que llevè. Y efectivamente la hice yo. Siempre cocinè, tenìa ese hàbito, es algo que me gusta, y tengo el resto de mis cuatro​ ​ sentidos para hacer un montòn de cosas.Les he demostrado que soy una mujer​ ​ autònoma, una madre màs. Mi ùnico defecto es que no puedo ver. Asì que por suerte​ ​ lograron integrarme. El hecho de que sea una escuela chica y una comunidad donde nos​ ​ conocemos todos tambièn ayuda. Yo abogo por la inclusiòn de los que tenemos una