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enseñò que no tengo control sobre nada. En cuestiòn de dìas y de la nada, me quedè viviendo en la
oscuridad. Los proyectos que tenìa se derrumbaron. Eso tambièn me ayuda a ser menos ansiosa. Por otra
parte, mi gran aprendizaje es que ahora sè realmente lo que es importante en la vida. Me genera mucha
irritaciòn ver como la gente se preocupa por nimiedades, mientras yo darìa lo que fuera por ver las caritas de
mis hijas, descubrir sus gestos, encontrar rasgos similares a los mìos, ver como han envejecido mis
hermanas, conocer los rostros de mis sobrinos. Vivo anclada a los recuerdos. A veces creo que hubiese sido
mejor nacer ciega. Pero yo disfrutè del mundo en color por 26 años. Eso lo añoro muchìsimo. Extraño ver la
cara de mi mamà, observar la belleza del mar de Cuchilla Alta, mi lugar favorito en el mundo, donde
pasamos todos los veranos desde que nacì. La gente no imagina lo que es acostarse, dormir, cerrar los ojos,
despertar y continuar asì. Yo puedo ver apenas unos destellos de luz que no me alcanzan para nada.
-¿Còmo es el vìnculo con sus hijas?
-Es hermoso. Son lo màs lindo que me pasò en la vida. Celene tiene 6 años y Glenda 8. Mi mayor miedo era
que ellas se avergonzaran de la mamà que tenìan. Entonces pensè que yo misma no me podìa avergonzar
de mì ni sentir làstima, porque eso daba lugar a que los demàs me vieran asì. Mis hijas me ayudan en todo.
Llevan mis manos a todo lo que quieren que conozca, los dibujos que hicieron, los juguetes que tienen. Me
describen absolutamente todo. Yo toco sus caritas a diario. Es la forma de percibir su crecimiento, sus
cambios. Ellas ahora comprenden mi situaciòn màs que antes. A veces se enojan por comentarios que le
hacen los compañeros en la escuela sobre la condiciòn de su mamà. Pero saben que eso no debe
lastimarlas, porque tienen una madre que las ama. Yo hago todo lo que cualquier otra madre hace por sus
hijos,les brindo amor, las cuido, las ayudo, las escucho, les inculco valores. Yo tuve que luchar mucho con
mi fobia social. Asisto a la escuela cada vez que hay un evento y charlo con las madres. Por morbo o
curiosidad, los demàs quieren saber como es la vida de una ciega. No creo que sea por malicia, pero es
molesto para mì. Un dìa que festejamos el DÌa del Niño con la clase de Celene, los padres no podìan creer
que yo habìa elaborado la torta que llevè. Y efectivamente la hice yo.
Siempre cocinè, tenìa ese hàbito, es algo que me gusta, y tengo el resto de mis cuatro sentidos para hacer
un montòn de cosas.Les he demostrado que soy una mujer autònoma, una madre màs. Mi ùnico defecto es
que no puedo ver. Asì que por suerte lograron integrarme. El hecho de que sea una escuela chica y una
comunidad donde nos conocemos todos tambièn ayuda. Yo abogo por la inclusiòn de los que tenemos una