Revista versión 2 Revista Prensa -Versión 2 | Page 38

discapacidad. La soluciòn no es dejarnos afuera con ese prejuicio tan macabro de que no​ ​ podemos hacer lo que hacen los demàs. Tuve la fortaleza de vencer mis miedos,​ ​ acercarme a la gente y mostrar lo que soy. Mis hijas no merecen una madre que se queda​ ​ encerrada en su casa porque no quiere que la señalen. Estoy orgullosa de mì misma por​ ​ lo que logrè y del ejemplo que les transmito. Glenda y Celene, las niñas de Ana. La entrevista culmina a las 16 horas. Ana bate con ahìnco un bizcochuelo, que serà la​​ ​ merienda de sus hijas cuando regresen de la escuela. Gloria la observa sin intervenir, y en​​ ​ su mirada de madre se refleja el amor incondicional y la admiraciòn por su hija. La​​ ​ conversaciòn que se iniciò con temas dolorosos, repasando los avatares de la vida, su​​ ​ ceguera, el abandono que le hiriò el corazòn, tuvo un final feliz. Ana es aquella invidente​​ ​ que creyò que la mala suerte se habìa ensañado con ella. La que llorò durante meses y​​ ​ tambièn la que no querìa continuar viviendo. Aùn màs que eso, Ana es la mujer que​​ ​ descubriò en su interior una fortaleza que no sabìa que tenìa. Se sobrepuso a cada​​ ​ tempestad. Supo hacerle frente a un destino que se presentaba miserable y con su​​ ​ voluntad de hierro demostrò que ella podìa cambiar la historia. “Anita” es un ejemplo de​​ ​ que los lìmites los establece uno mismo y que no hay nada en el mundo que no se pueda​​ ​ lograr, porque “siempre que haya vida habrà esperanza”, como reza una cèlebre frase. 37