¡El día de hoy, brilla!
Jesús Cardona
P
ara amanecer con la más amplia sonrisa y la
buena vibra, deja que tu interior surja.
¡Si tu alma, tu corazón, tu yo interno,
es una luz, déjalo escapar, llena tu entorno!
Brilla por ser tú, brilla por ser quien eres, haz
a un lado los comentarios de quien, por algún
motivo, quiere evitar que te vean tal cual eres. Un
ser con una luz intensa, un ser lleno de amor...
Eres quien tiene el amor de un amigo, de un padre,
de un hijo... Un hombre, una mujer... ¡Brilla!
Eres una creación divina... ¡Brilla! No dejes que
unas palabras, o unas personas, pretendan ocultar
a esa gran persona que eres. ¡Brilla por ti misma!
¡Eres una luz descomunal! Feliz amanecer...
¿Sumar o restar?
Georgina Arámburu
T
anto hemos escuchado que los sacrificios,
mortificaciones y ofrecimientos, que hacíamos
de pequeños, ahora son “cosa del pasado”, “ya no se
usan”, “de nada valen, si nuestro corazón está triste
o nos ponemos de malas”, etc. El caso es que, con
pretextos, hemos dejado atrás esas prácticas que nos
daban autodominio y nos comunicaban íntimamente
con Dios.
Y si, unido a esto, reflexionamos
literalmente la Palabra: “Misericordia
quiero y no sacrificios” (Mt. 12, 7),
parecería que es Jesús mismo quien nos
está ahorrando esas prácticas.
Sin embargo, así como “Jesús no vino a
abolir la ley, sino a darle plenitud” (Mt.
5, 17); Jesús nos invita a sumar y no a
restar; es decir, a unir nuestros sacrificios,
mortificaciones y ofrecimientos a las
Obras de Misericordia. De esta manera,
daremos cumplimiento al mandamiento
principal:
“El primero es: escucha, Israel, amarás al Señor, tu
Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu
mente y con todas tus fuerzas. El segundo es: amarás a tu
prójimo, como a ti mismo.” (Mc. 12, 29-31).
Que nuestro amor a Dios sume el amor al hermano.
Que los propósitos de: rezar diario el
rosario, evitar comer chocolates, no ir
al cine, ayunar, etc., vayan acompañados
de una o varias obras de misericordia.
Ya, el Papa Francisco, nos ha exhortado
a tener una obra de misericordia,
concreta, en nuestra agenda diaria.
Que nuestro amor a Dios se manifieste
con sacrificios y ofrecimientos.
Que nuestro amor al hermano se
manifieste con obras concretas de
Misericordia.
Y que el resultado de esta ecuación sea
la paz y salvación del mundo.
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