Vete , tu fe te ha salvado
P . Sergio García M . Sp . S .
Por los caminos del Evangelio
recorriendo el camino de nuestra vida , que no nos dejes , aunque no te tengamos en cuenta ; te hemos pedido fuerza en el servicio , perseverancia en nuestra vocación , fecundidad en nuestras palabras , coherencia en nuestras obras , amor y fidelidad .
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Llegaron a Jericó y , cuando Jesús salía de allí con sus discípulos , un mendigo ciego , llamado Bartimeo , estaba sentado al costado del camino . Al oír que era Jesús de Nazaret , se puso a gritar : ¡ Jesús , Hijo de David , ten piedad de mí ! Muchos , lo reprendían para que se callase . Pero él gritaba más fuerte : ¡ Hijo de David , ten piedad de mí ! Jesús se detuvo y le dijo : ¿ qué quieres de mí ? Maestro , que recobre la vista . Jesús le dijo : Vete , tu fe te ha salvado . Al instante recobró la vista ” ( Mc 10 , 46-52 ).
Seamos como Bartimeo de la esperanza y la confianza , dejemos el manto de la seguridad y la comodidad y plantémonos delante de Jesús . Tal vez nos diga : “ vete , tu fe te ha salvado ”, pero el tono será nuevo , su fuerza llegará más hondo , nuestra historia no cambiará , pero sí tendrá un nuevo sentido , porque habrá sanado las heridas de nuestro corazón .
Pidámosle que tenga compasión de nosotros , que nos ayude a recobrar la vista , que reoriente nuestros pasos , que la oración nunca falte en la Iglesia y en la sociedad ; que todos recobremos la mirada de la fe . Dejemos de estar sentados en el camino del aburrimiento y la rutina , retomemos la senda del servicio , la solidaridad y la misericordia .
Jesús , nos abruma tu Palabra ; vemos la distancia tan grande que hay entre lo que leemos y lo que vivimos . Tú sabes que , muchas veces , te hemos pedido ser como Bartimeo , queremos aprovechar tu paso por el camino de nuestra vida y gritarte muy fuerte : “ Jesús , Hijo de David , ten piedad de nosotros ”. Y la has tenido , nos has llamado y nos preguntaste ¿ qué quieren de mí ?
Te hemos pedido que recobremos la vista , que sepamos escuchar el clamor de nuestros hermanos , que nos duela el mundo tan lleno de sufrimiento ; te hemos suplicado que sanes nuestro corazón , que sigas
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