Semillas de Esperanza
Las tres “pes”
de la relación interpersonal
P. Fernando Torre M., M.Sp.S.
Para tener unas relaciones interpersonales sanas y
creativas, estables y duraderas, es indispensable que
entren en juego las tres “pes”: prudencia, paciencia
y perdón.
Prudencia en lo que digo y en lo que hago.
Prudencia para respetar el espacio vital de los demás
y su interioridad. Prudencia, pues “no soy monedita
de oro para caerles bien a todos”. Estar atento a
mis reacciones espontáneas y evitar las expresiones
incontroladas de agresividad.
L
a relación con los demás es una de las
realidades más satisfactorias y enriquecedoras,
pero también una de las más complejas y frágiles, y
en ocasiones es causa de tristeza o dolor. Qué fácil
es dañar o destruir, en un momento, una buena
relación de años.
La relación con los demás es el problema común de
los humanos. Es el punto neurálgico entre esposos,
entre padres e hijos, entre hermanos y parientes; es
el reto en la escuela y el trabajo; es la perpetua tarea
de todo grupo.
Tenemos necesidad de relacionarnos con los demás;
tenemos también la capacidad para hacerlo, pero esa
capacidad está herida. Nos acercamos a los demás
queriendo dar y recibir afecto, pero tiempo después
surge desconfianza, temor, indiferencia o agresión. Y
terminamos por limitarnos a contactos superficiales
o nos refugiamos en nuestro estéril individualismo.
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Paciencia para respetar la cultura de los demás, su
manera de pensar y actuar. Paciencia para soportar
sus limitaciones y deficiencias. Paciencia para no
juzgar su conciencia ni sus intenciones, aunque su
conducta sea negativa.
Donde hay dos personas es inevitable que existan
conflictos. Para que la relación se mantenga y
crezca, además de adquirir destrezas para resolver
conflictos, es necesario aprender a perdonar
«setenta veces siete», como dijo Jesús (Mt 18,22).