Por consiguiente, desde esta visión fenomenológica las organizaciones
constituyen un todo, representado en un paradigma complementario,
transdiciplinario y complejo sobre la realidad, la vida y el hombre, por lo que
se requiere un acercamiento también totalizador y situado en nuestra propia
realidad, por ello, Gil (2013c), dice que: “la complejidad resulta una respuesta
significativa a fenómenos que coexisten en nuestra realidad, pero que no
pueden ser explicados por las vías tradicionales (…)” (pág. 19).
Por otro parte, Rodríguez y Leónidas (2011), en su investigación sobre
las Teorías de la complejidad y ciencias sociales, Nuevas Estrategias
Epistemológicas y Metodológicas, concluyen que:
(…) el pensamiento complejo se afirma como una concepción
epistémica alternativa al tradicional modo de entender la
ciencia y el conocimiento. Su estrategia metodológica se
distancia del concepto estándar de método científico, para
reclamar la necesidad y pertinencia de un método que incluya
la reflexión crítica y auto-crítica; es decir, postula la inclusión
del sujeto cognoscente en su conocimiento (…) (pág. 17).
En base a lo planteado por los autores, quiere decir que el pensamiento
complejo representa un salto científico importante que implica incluir en la
comprensión del conocimiento científico, sin dejar a un lado el objeto central
de la ciencia clásica y moderna sino al contrario el pensamiento complejo debe
ser articulada e integrada con otras formas de conocimiento científico.
3.3. Transdisciplinariedad
De acuerdo a lo expuesto desde la complejidad, lo que se debe cambiar
y transformar es la prospectiva de la organización de hoy, desde la visión del
todo en el que convergen todas las entidades sociales y al hombre, puesto que
se complementan e integran hacia la transdisciplinariedad organizacional que
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Artículo Arbitrado
universo (pág. 20).