Ya han señalado que en esta época de cambio la organización
ha ido superando la estructura jerárquica y rígida. La
organización de hoy va evolucionando hacia formas
organizacionales basadas en la producción ligera, la flexibilidad
y la comunicación. La nueva organización hace énfasis en los
equipos interfuncionales (pág. 61).
En este orden de ideas, de acuerdo a lo planteado en el paradigma
clásico y moderno, el objeto de estudio de las ciencias organizacionales, se
analiza: que para llevar a cabo el estudio de las organizaciones actualmente
en base a su objeto científico, se plantea previamente por parte de la
investigadora, que desde este enfoque, es necesario considerar y desarrollar
hoy en día la búsqueda de una nueva visión organizacional por lo que Gil
(2013a), dice que: “el paradigma de la complejidad que hoy nos arropa, nos
permite afirmar que las partes son el todo y el todo es las partes, aunque el
todo no es la suma de las partes sino mucho más” (pág. 21).
Desde este contexto, a partir del hilo epistemológico de hoy, la
interpretación y análisis del fenómeno objeto de estudio de la organización
corresponden a un sistema de carácter inductivo, abierto y flexible porque para
este estudio se aborda sobre el criterio de las ciencias organizacionales desde
la mirada del paradigma complejo y transdiciplinario. En este sentido, lo que
se concibe en esta investigación hace referencia a que las organizaciones
interactúan con un entorno externo de diversas variables: ambientales,
demográficas, políticas, sociales, económicas, entre otras, de esta manera, se
involucran factores internos que son propicios dentro del contexto de la
organización, apuntándose así, a un fenómeno organizacional que se
ocasionan dentro y fuera de la organización, por lo que se infiere que entre las
diversas relaciones con el entorno (interno-externo) dependerá el objeto de
estudio de la organización, así como de las exigencias, desafíos e
incertidumbre, necesidades, que se esperan satisfacer a nivel humano y
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Artículo Arbitrado
humanas, Cejas y Jácome (2006), citados en Espinoza (2009):