realización, amplió el tratamiento de temas transversales y agregó indicadores
para la evaluación; además, a partir de este nuevo currículo, por primera vez
en el país se diseñaron estándares de aprendizaje. Finalmente, siguiendo las
recomendaciones de Coll (2006e): la tercera reforma, hoy vigente, introdujo el
concepto de aprendizajes básicos (pág. 8); a través de una estructura de
bloques y áreas curriculares, vinculó las intenciones educativas con criterios e
indicadores de evaluación, y a estos con unos nuevos estándares para la
evaluación externa. A pesar de estos importantes hitos en el diseño curricular
de nuestro país, las tres reformas fallaron en el propósito de reducir los
contenidos de aprendizaje. A continuación, revisaremos en mayor detalle las
peculiaridades de cada una de ellas.
2.1. La reforma curricular del año 1996
En el año 1996, según recoge el trabajo de Calvas (2010): nace la
Reforma Curricular Consensuada para la Educación Básica. El Consejo
Nacional de Educación y el Ministerio de Educación y Cultura pusieron en
marcha el proceso de reforma curricular del año 1996 a partir del análisis de
la fallida reforma curricular con enfoque conceptual del año 1994, propuesta
que recibió fuertes críticas de los docentes del país (págs. 80-87); esta nueva
reforma quería distinguirse, adaptándose a la realidad ecuatoriana, con el
objetivo de mejorar la calidad de la educación. Para ello, se diseñó un sistema
de validación con un triple enfoque: técnico, disciplinar y pedagógico, en el que
participaron expertos nacionales y extranjeros, involucrando a los docentes del
sistema nacional, tanto de educación básica, como de los institutos
pedagógicos de formación de profesorado y de las facultades de educación;
por ello recibió el apelativo de consensuada.
Entre las características más relevantes de esta reforma se cuentan la
ausencia formal de un enfoque pedagógico, la incorporación a la educación
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Arbitrado
desempeño que permitieran delimitar las expectativas con respecto a su