Revista Scientific Volumen 5 / Nº 15 - Febrero-Abril 2020 | Page 28

educativa se “ha entrado con fuerza en el discurso político-pedagógico, en un contexto en que simultáneamente se profundizan los procesos de exclusión y se reconocen las dificultades institucionales y pedagógicas para lograr las metas de una educación de calidad para todos” (pág. 23); pero la realidad es otra y se ha demostrado que tender un puente entre el discurso y los hechos no es algo sencillo. A tal efecto, la gerencia educativa se asume como la fuerza que impulsa la eficacia en el trabajo con la participación de los entes involucrados (padres, madres y comunidad) para mejorar el desarrollo socio cultural del estudiante y el entorno donde se encuentra la institución. El docente como gerente debe tener la capacidad y responsabilidad de dirigir el proceso de enseñanza y aprendizaje con optimismo estimulando el aprender- aprender y querer seguir aprendiendo con experiencias significativas. Con referencia a lo anterior, la labor educativa en las aulas multigrados ubicadas en los sectores rurales demanda de docentes con formación gerencial que planifiquen, organicen, controlen y evalúen el proceso de enseñanza y aprendizaje en una población escolar de diferentes grados con diversos currículos, intereses, necesidades y ritmos de aprendizaje que amerita poseer competencias gerenciales de planificador, líder, motivador, tomador de decisiones, comunicador y agente de cambio, entre otros, para hacer que el proceso de enseñanza aprendizaje sea productivo. De acuerdo con lo anteriormente expuesto, Contreras y Mujica (2014b), establecen que: La escuela en el sector rural representa el mejor escenario para experimentar el desarrollo de competencias que satisfagan los requerimientos de las comunidades y la aplicación de políticas educativas públicas, con un currículo permeable, flexible, constructivo y con pertinencia social (pág. 44). 27 Artículo Arbitrado Al respecto, Calvo (2013): expresa, que en el término de inclusión