El cierre de centros educativos comunitarios trae como consecuencia
que niñas, niños y adolescentes acudan a centros educativas que no
necesariamente tienen una perspectiva de educación intercultural bilingüe, o,
en el peor de los casos, que abandonen los estudios formales como
consecuencia de barreras sociales, culturales, metodológicas o
de
infraestructura que afectan a la inclusión educativa. En la misma línea, la
migración familiar hacia espacios urbanos en busca de mejores oportunidades
de vida y de desarrollo integral tiene consecuencias en el tipo y en la calidad
de la educación que reciben niños y niñas.
Los procesos de contratación y capacitación a profesores profesionales
revalorizan la carrera docente y contribuyen al desarrollo de procesos de
enseñanza y aprendizaje mejor estructurados. Sin embargo, esto no garantiza
que los profesores que se incorporan al sistema (ni los que se encuentran en
este) tengan las competencias para el desarrollo de procesos sostenidos de
educación intercultural bilingüe, ni que posean las destrezas para hacer de su
accionar docente un laboratorio social de prácticas inclusivas basadas en la
pertenencia cultural o étnica, la igualdad de género y la permanencia en el aula
formal de distintas capacidades cognitivas, sociales y sensorio motoras. Así,
por ejemplo, en la investigación desarrollada, apenas un 20% de docentes
contratados manejan el Kichwa como lengua materna o lengua de relación.
La comunicación en el aula intercultural bilingüe está liderada por el
docente. Desde su perspectiva se organizan las relaciones docente-estudiante
y se consolidan estrategias basadas en relaciones de poder hegemónicas en
las que los profesores tienen la última palabra. Los espacios físicos y el
mobiliario escolar consolidan la lógica mencionada ya que están diseñados
para que el docente se coloque frente a los estudiantes y estos se organicen
en filas; en pocos casos niños y niñas comparten mesas bipersonales, aunque
las mismas se distribuyen una tras otra.
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Arbitrado
de identidad y pertenencia étnica y social (pág. 94).