Revista Scientific Volumen 4 / Nº 13 - Agosto-Octubre 2019 | Page 166

Se comprende entonces que la educación inicial es un tiempo para recrear experiencias y actividades lo más cercanas a la realidad cotidiana del niño, proporcionando a éste el medio para que estas vivencias, le permitan adquirir dominios y habilidades propios de la edad, suficientes y significativos para que enfrente sus pequeños problemas, con sus pares, y dentro del entorno que lo rodea. 2.2. La buena práctica profesional docente en el nivel inicial Una buena práctica profesional del docente del nivel inicial según Escobar (2014a): está en la motivación en el proceso de enseñanza- aprendizaje, en la flexibilidad pedagógica; en el logro de la percepción en los estudiantes respecto a sus propios aprendizajes; en su desenvolvimiento en el contexto social; en la comunicación entre docente-dicente; y en la inactividad o interacción dentro del aula (págs. 4-8). El Ministerio de Educación Nacional (2013), señala que: la incidencia de una buena práctica del profesor del nivel inicial, ocurre cuando se parte del desarrollo y aplicación de proyectos áulicos que parten del interés del niño, se recrea rincones para favorecer experiencias significativas, se aplica estrategias didácticas activas, innovadoras, investigativas, con intencionalidad de enseñanza, además de que en los ambientes generen la creatividad e imaginación del niño, se propone juegos como forma de aprender; se favorecen actividades que motiven el desarrollo motor grueso y fino; y se recrea situaciones que fomentan habilidades socio-afectivas (pág. 27). Según Soriano y Delgado (2011): el docente del mencionado nivel inicia, influye en “la capacidad de interaccionar con los alumnos, en la adaptación a diferentes situaciones, la motivación, la organización, y/o la corrección de errores, empatía con los mismos, en el Ser-Saber estar y en la capacidad de estar abierto a aprender” (págs. 9-10). 165 Arbitrado importancia de la educación inicial (pág. 7).