Revista Scientific Volumen 3 / Nº 9 - Agosto-Octubre 2018 | Page 54

modelar al estudiante y brindarle apoyo como investigador activo); b). competencia (ámbito complejo y dinámico que se refiere a la experiencia y conocimientos del tutor en el proceso de investigación, evidenciando así un conjunto de destrezas no solo en lo epistémico, metodológico u ontológico sino también en la comunicación y manejo adecuado de las relaciones interpersonales, así como la planificación y administración de información sobre el proceso de investigación); c). condiciones emocionales (ámbito complejo que requiere la apertura afectiva e interés a nuevas experiencias, así como la tolerancia a la fase de iniciación en la que posiblemente se encuentra el estudiante). A modo de confirmación, Terán (2012c), manifiesta que: La tutoría desempeña un papel preponderante en el desarrollo de la investigación del trabajo de grado o tesis, varía según la competencia y desempeño del tutor; la misma que se operacionaliza con base a tres categorías: a). conocimiento teórico-epistemológico; b). experiencia como investigador; y c). experiencia en asesoría y acompañamiento académico… (pág. 59). Ahora bien, estos tres elementos son muy similares a los planteados por Ruiz (2006d), quien refiere que la competencia tutorial puede ser instrumentalizada de la forma siguiente: a). Amplio y profundo conocimiento de la temática objeto del Trabajo de Grado, lo cual cuenta con tres dimensiones a saber: a.1.). formación académica (dependiente del grado científico que se tenga); a.2). experiencia profesional (años de ejercicio); a.3). experiencia como Tutor (número de Trabajos de Grado asesorados). b). Experiencia como investigador en el área temática, con dos dimensiones que la conforman: b.1). conocimiento declarativo de aspectos teóricos como paradigma, ontología, metodología o teorías específicas; b.2). conocimiento procedimental, relacionado con saber cómo plantear el 53 Arbitrado demandados en el ejercicio de su labor, lo que en esencia se traduce en