De acuerdo con este planteamiento, el estudiante que sea educado, con
la pedagogía, será un ser reflexivo y crítico, capaz de formular sus propias
ideas y acciones, en beneficio de su libertad creativa, e independencia
individual, para ser el hombre que se quiere en este mundo cambiante, donde
el ámbito educativo no escapa del mismo, por el contrario, es el pilar
fundamental. En el aspecto teórico relacionado con la práctica pedagógica, la
misma refiere al conocimiento amplio de la enseñanza instrumental, donde el
educador desarrolle una actitud de interventores de las políticas educativas y
el Currículo Bolivariano.
En la pedagogía el aprendizaje es dinámico, interactivo, participativo,
integrador y motivante por parte de los estudiantes y docentes, es el
compromiso asumido para guiar, fortalecer, promover la acción educativa,
tomado en cuenta agentes socializadores, familiares y comunitarios. Además,
enfatiza en el alumno cambios de comportamientos, actitudes, pertinencia con
la identidad y el afianzamiento de valores de amor, respeto, convivencia
solidaridad y paz escolar.
En este orden de ideas, Rojano (2008), plantea que la pedagogía “es el
conjunto de acciones que se llevan a cabo en el campo educativo, apoyada en
procedimientos y métodos que le dan sistematicidad al estudio de la
problemática educativa existente en el ámbito de la enseñanza aprendizaje”
(pág. 4). El autor refiere, la pedagogía se encuentra focalizada en el ámbito
educativo, en la cual se emplean instrucciones y estrategias de manera
ordenada, precisada y contextualiza. De allí, Giroux (2011), expone que “el
primer paso de la pedagogía crítica es lograr que el estudiante se cuestione
así mismo como miembro de un proceso social, que incluye las normas
culturales, la identidad nacional y la religión” (pág. 102). Es decir, que la
pedagogía crítica induce al alumno a autovalorarse como integrante de un
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Arbitrado
(pág. 5).